lunes

1972


Reflexiono, y esta vez me maldigo por jactarme cada tanto de ser algo desdichada. Debería reconocer que yo he sido, aquella tarde en esa plaza, una muchacha afortunada por robarte una sonrisa con la prisa de un diablo intratable, por hacerte parte mía, y en un descuido desnudar a este ángel.