domingo

1873


Ella también quería querer de esa forma tan bonita y tan estúpida. De ese modo tan ridículo y tan romántico.
Ella también quería esa simplicidad, esa sonrisa imborrable y ese corazón inquieto. Quería esas noches en vela y no por desvelos si no por una manada de mariposas en el estómago. Quería ese calor que tiene nombre y olor propio, y cuando esté muy muy cansada, un beso en la frente.
Ella también quería esa risa sincera y bobalicona, esa que se reconoce en la cara de los enamorados, ese flotar y no andar, ese mirar y no ver, ese sentir y no pensar... Esa tranquilidad inestable.
Sí, ella también lo quería.

Y no hablo de mi.